Está situado sobre una colina en la bella localidad jiennense de Baños de la Encina. El lugar fue elegido por encontrarse entre las llanuras del valle del Guadalquivir, el acceso desde la Meseta y las altas tierras de la posterior Región Histórica de Granada. Su función, como recoge una placa del mismo castillo fue entrenar y aprovisionar a las tropas del ejercito islámico para su lucha contra los cristianos.
En su interior existían una serie de construcciones de la cultura argárica de las que quedan restos, como parte de la muralla que protegía al poblado. Ya en el exterior, pero a poca distancia se conservan los restos de una mina de cobre de aquella época.
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Restos de la muralla argárica |
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Zona donde se halla la antigua mina de cobre. |
También contiene restos romanos, como un templo, que fue desmontado para usar sus elementos en nuevos edificios como el mismo castillo y las casas almohades.
Se creía que era una obra del siglo X construida por Alhakén II (hijo del intransigente rey guerrero Abderramán III) que ordenó levantar una serie de castillos para alojar a las tropas que se dirigían hacia el norte de al-Ándalus (Soria) para atacar a los cristianos. pero según otros historiadores es de época almohade periodo de gran intolerancia cultural hacia todo aquél que no siguiese estrictamente la religión islámica.
Está rodeado por una poderosa muralla de duro tapial de argamasa, el opus caementicium de los romanos (Material formado por tierra, arena y cal amasado con agua y dejado endurecer entre tableros cogidos con mechinales) con catorce torres. La puerta de sillares de piedra tiene varios sistemas defensivos, como una especie de pequeño patio trasero que impedía el acceso al resto de la fortaleza. En época cristiana se le añadió la torre del homenaje y un fuerte interior ambos construida con mampostería de piedras de gran tamaño. Su interior contenía una serie de pequeñas viviendas y construcciones situadas en estrechas e irregulares calles.
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Altas torres con saeteras defienden la muralla. |
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La portada, único elemento de piedra,
que por eso fue cantera de materiales en el pasado.
Se halla protegida por dos poderosas torres. |
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Especie de plazoleta o patio defensivo tras la puerta con recodos y escaleras para la defensa, que existe tras la puerta. una bifurcación de caminos que desorienta al atacante. |
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Tapial de argamasa, el opus caementicium de los romanos
(Material formado por tierra, arena y cal amasado con agua
que se echaba entre tableros
en delgadas tongas que eran compactadas con mazos,
los tableros eran cogidos entre sí con maderos delgados
que entraban en el muro por agujeros llamados mechinales.
En los primeros tiempos los maderos eran gruesos y se retiraban al terminar la obra,
pero con el paso del tiempo se usaron tableros más delgados
que se quedaban dentro del muro.
Por último se enlucía y pintaba el muro para que no se viesen los agujeros) |
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Las torres interiormente tenían tres plantas separadas por suelos de madera y una cubierta superior abovedada con una terraza protegida por almenas y merlones. El interior disponía de saeteras para disparar saetas de forma resguardada. |
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Las calles, estrechas e irregulares estaban toscamente empedradas. |
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Las viviendas almohades. |
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En la zona central hay un aljibe con dos naves cubiertas por bóveda de medio cañón.
Su interior, para evitar escapes de agua se recubre de opus signínum de origen romano |
El castillo fue en objeto de lucha entre musulmanes y cristianos, que vieron en él una pieza clave para llegar al sur de la península. Pasa de unas manos a otras hasta que Fernando III de Castilla, y después también de León, reconquista el lugar definitivamente en 1225. Para adaptar el castillo a los nuevos tiempos se construyó un fuerte interior con una poderosa torre del homenaje levantada con sillares que presentan cierta irregularidad.
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Torre del homenaje. |
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En el interior de la torre, a los lados, se aprecian los muros de la primitiva torre de opus caementicium o argamasa almohade. Los muros fueron ampliados y reforzados exteriormente con poderosos sillares. |
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Reconstrucción idealizada del interior del fuerte cristiano. |
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Vista del interior del castillo desde la torre del homenaje |
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La torre del homenaje en su exterior presenta restos de matacanes
que tenían una función defensiva. |
Durante la invasión napoleónica, el castillo sufrió graves daños, pero recientemente la Dirección de Bellas Artes del gobierno de España ha realizado una restauración que ha consolidado el monumento que en la actualidad pertenece al Ayuntamiento de Baños de la Encina.
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