CASTILLO DE ALICÚN DE ORTEGA

Alicún de Ortega es una localidad de la comarca de los montes orientales, provincia de Granada, Región Histórica de Granada, España.

El núcleo urbano se asienta en el fértil valle del río Guadahortuna, al pie del Cerro de Alicún que marca su paisaje, justo en el límite con la provincia de Jaén. Su arquitectura está fuertemente influida por la murciana y levantina, ya que muchos repobladores de la zona proceden de estos lugares y de Aragón. 

LOCALIZACIÓN DEL CASTILLO

Para asaltar el castillo había que superar una rampa de fuerte pendiente hasta llegar al precipicio sobre el que se eleva, todo ello bajo el fuego enemigo.

Los restos del castillo se alzan a unos 3,5 km al sur de Alicún de Ortega, sobre una pequeña meseta de fácil defensa por los precipicios que la rodean. 

Es un lugar que controla el paso del valle del río Guadahortuna, cuyas aguas en esta zona circulan hacia el sureste para luego virar hacia el este hasta desembocar en el río Guadiana Menor. Nos encontramos pues en una zona de especial importancia estratégica, motivo por el cual se levantó aquí el castillo, el amplio valle comunica comarcas del Reino de Granada II o Nazarí entre sí y además esta en la frontera del Reino y el Santo Reino de Jaén perteneciente a Castilla (a Andalucía le faltaban siglos para ser creada)

https://maps.app.goo.gl/NAZxKT8EPLQ9k4wt7

HISTORIA

Partiendo de una construcción anterior, los reyes de la Dinastía Nazarí del Reino de Granada II levantaron una fortaleza inexpugnable para defender la frontera norte del Reino. mejoraron y añadieron torres, murallas y otros muchos elementos defensivos

Fue una construcción muy importante durante el periodo del Reino de Granada II o Nazarí, por su situación fronteriza, pero al ser reconquistado el Reino y reconvertido en Reino de Granada III o Cristiano, perdió su función defensiva y terminó abandonado, pasando a ser cantera de materiales para construcciones de menor importancia en localidades próximas.

DESCRIPCIÓN

El castillo semeja una gran nave alargada varada en el lateral del valle, con una estrecha superficie plana en su cumbre que contenía cuatro aljibes o silos y el resto de construcciones destinadas a los defensores y ocasionalmente a las personas que en tiempos de conflictos acudían a refugiarse en él. 

Estuvo rodeado por una pequeña muralla hoy desplomada en su mayor parte, los precipicios que lo rodean hacen innecesaria una muralla de mayores proporciones. 

En su centro otra muralla dividía en dos su estrecha y larga superficie que aislaba la parte más importante e inexpugnable de la situada en la zona de la entrada.

Restos de murallas coronan los escarpados tajos que lo hacen inexpugnable.

Parte baja del castillo, el único punto de un acceso relativamente fácil.
Aquí se alzan los mayores restos de fortificaciones ya que en este lugar pudo estar la puerta de la fortaleza.

Muralla de mampostería con un mechinal o hueco original para colocar los andamios que sirvieron para levantar el muro.

Posible entrada bien protegida por torres y murallas.

Trozo de escalera, que hace decenios alguien de Dehesas de Guadix, creyó que llevaría a misteriosos sótanos repletos de tesoros, ello provoco que esa persona hiciera un pequeño hoyo al pie que no lleva a ninguna parte y que deteriora el lugar.
Respetemos los yacimientos y no hagamos caso a leyendas sin fundamento.

De los aljibes o silos subterráneos se conservan los espacios rectangulares que servían de vaso contenedor, aunque les faltan las techumbres, que en aquellos tiempos solían ser bóvedas. Sus muros perimetrales están fabricados con dura argamasa de cal viva y arena amasadas con agua.

Por los alrededores del castillo se encuentran en la superficie pequeños fragmentos de cerámica nazarí y anterior. Tengamos en cuenta que no nos debemos apropiar de ningún objeto arqueológico por respeto a la cultura, las leyes y los ciudadanos. Una vez vistos o fotografiados se deben dejar en el lugar que ocupaban, pues nos podemos encontrar con verdaderos problemas legales.

Trozos de cerámica con diversos tipos de decoración,
unas veces pintada, otras realizada con un punzón
 y la última estampada con un molde
mientras la vasija tenía aun fresca la arcilla antes de cocerla.

EL POBLADO

Bajo la protección del castillo, a sus pies, se levantó un poblado según parecen demostrar los restos aparecidos, que se extendía por parte de la pendiente situada al pie de los precipicios que bordean la fortaleza. Este poblado es posible que estuviere habitado en los primeros tiempos del Reino de Granada III, según se podría deducir de los restos cerámicos cristianos esparcidos por el lugar y los mampuestos desperdigados por la pendiente y su base.

LAS VISTAS

Al estar situado en un lugar elevado y estratégico para controlar el territorio, las vistas sobre el valle son espectaculares, con sus colinas blancas denominadas los "Montes de  Harina" justo al otro lado de río, mientras que en el margen donde se alza el castillo los terrenos suelen ser muy escarpados pero no menos hermosos, pensemos que estamos en el Geoparque de Granada.

Paisaje Frente al castillo, en el otro lado de río cuando aún estaba cerca el periodo de lluvias, en el verano está mucho más blanco.

Paisaje del margen del río donde se alza el castillo.

SITUACIÓN ACTUAL

El castillo se encuentra muy necesitado de consolidación y restauración para evitar su completa desaparición.