jueves, 30 de septiembre de 2021

BAÑOS DE JAÉN, origen romano, rehechos por musulmanes

Se encuentran entre los más grandes de Europa, bajo el palacio del Conde de Villardompardo.

Vestíbulo donde se desnudaban.
Conserva restos de pinturas posiblemente almohades.

Historia

Construcción, y uso en tiempos del Reino de Granada zirí

En tiempos de la dominación musulmana se llamaban Baño del Niño. Fueron construidos en el año 1002, para ello aprovecharon los restos de un baño romano.

El lavado del cuerpo es una obligación antes de cada una de las cinco oraciones diarias, por eso surgieron los baños públicos con unas estrictas normas religiosas en le proceso de lavado purificador de la persona para así quitar las impurezas pecaminosas.

Periodo almohade

Posiblemente reformados en el siglo XII, debido a la presencia de restos de decoración almohade que se conservan en algunas de sus salas.


Como vemos la red de rombos tiene su origen en una serie de arcos entrelazados que se desarrollan hacia arriba creando los rombos.

Evolución del capitel corintio y compuesto de los griegos y romanos hasta después convertirse en el capitel nazarí del segundo Reino de Granada

Reconquista cristiana y Reino de Jaén

Tras la Reconquista en 1246 por Fernando III el Santo continuaron usándose durante unos años. 

Un siglo después fueron convertidos en tenerías, para curtir el cuero de forma similar a las del Reino de Granada nazarí, cuyos restos permanecen aún en las salas templada y caliente. 

Posteriormente fueron rellenados para servir de cimiento al palacio del conde de Villardompardo en el siglo XVI, gracias a lo que se conservaron en bastante buen estado.

Periodo de la Región Granadina

El palacio y sus baños comenzaron a ser valorados y pasaron a ser patrimonio de la Diputación Provincial de Jaén.

En 1913 Enrique Romero de Torres (pintor, investigador y conservador que trabajó en las regiones de Granada y Andalucía  de su tiempo) descubrió parte de los Baños durante la realización del Catálogo Monumental de Jaén.

Regiones del sur de España a finales del siglo XIX y la mayor parte del siglo XX
Instituto Geográfico Nacional.

En 1917 el equipo arqueológico de Manuel Gómez-Moreno González (Granadino, pintor, arqueólogo, profesor de la Escuela de Artes y Oficios y catedrático de la Escuela de Bellas Artes de Granada, presidente del Patronato de la Alhambra y Generalife y del de la Capilla Real, considerado padre de los museos Arqueológico y del de Bellas Artes de Granada) propuso que el edificio se declarase Monumento Nacional, cosa que se produjo en 1931.

En 1936 comienzan las obras de restauración bajo la dirección de los arquitectos Leopoldo Torres Balbás (El gran restaurados de la Alhambra, que también intervino en la alcazaba de Málaga) y Luis Berges Martínez (Arquitecto nacido en Guadalajara, 1891 y fallecido en Jaén, 1939). Estas obras se vieron interrumpidas por el comienzo de la Guerra civil española.

En 1970, la Dirección General de Bellas Artes retoma la restauración del edificio encargándosela al arquitecto Luis Berges Roldán, hijo del anterior

Periodo andaluz

Las obras de restauración se terminaron en 1984 recibiendo la Medalla de Honor de manos de la asociación Europa Nostra.


Descripción

Siguen el esquema de los baños romanos que allí existían, pero mucho más pequeños, simples y con muchos menos servicios.

Sala de acceso

Es una estancia de gran tamaño con alcobas en ambos extremos. A cada lado de la entrada hay espacios personas para dejar las ropas.

La sala está cubierta con bóveda de medio cañón con lucernas estrelladas para iluminar y regular la cantidad de vapor y calor.

El suelo estaba cubierto de losas de mármol blanco y las paredes pintadas en blanco con decoración en rojo de columnas que sostienen arquerías que se convierten en una red de rombos.

A nuestra derecha hay espacios para guardar la ropa de los clientes.

Sala fría

Es similar a la anterior, sala rectangular con dos alcobas en los extremos, pero de menor tamaño tal vez por ser fría.


Sala templada

De grandes proporciones y planta cuadrada, simula un patio cubierto rodeado de galerías que se cubren con bóvedas de medio cañón, excepto los ángulos que lo hacen con cuatro bóvedas vaídas, el centro se cubre con una enorme bóveda vaída.


Una de las chimeneas embutidas en la pared que sacaban el humo del hipocausto.

Bóveda de medio cañón de las galerías laterales de la sala templada.

Bóveda vaída de uno de los cuatro ángulos de las galerías laterales  de la sala templada.

Espacio central de la sala templada cubierto por una gran bóveda vaída.

Junto a la sala caliente, dos arcos de herradura, la unen a otra rectangular cubierta con bóveda de medio cañón, excepto las alcobas en los extremos cubiertas con bóvedas vaídas, todo con  luceras al igual que en resto del baño. 

En esta sala, parte de las lucernas tienen aún iluminación del exterior, en un ángulo de la plaza están visibles exteriormente gracias a un espacio acristalado del suelo.


Columnas, a veces reutilizadas de edificios romanos con capiteles que son una evolución de los corintios y compuestos propios de Roma y Grecia.

En un ángulo de la plaza están visibles las bóvedas gracias a un espacio acristalado del suelo.

Sala caliente

Es de planta rectangular y similar a las de esa forma, situándose junto a ella la sala de la caldera, donde se calentaba el agua.

El suelo y los muros están construidos de forma parecida a los romanos para que por ellos circulara el aire caliente del hipocausto. 

Alcoba del extremo de la sala caliente.

A los lados de la estancia central de la caldera y acceso al hipocausto subterráneo, hay dos pequeñas salas que contienen, una, un baño rectangular de asiento, (único lugar del baño donde los creyentes se sumergían en parte en el agua) y la otra, dos tinajas.


Jaén bien merece una visita.

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