El llamado Alcázar Genil de
Granada, fue un "Alcázar o palacio del señor" (Qasr al-sayyid), el gobernador
almohade de Granada, sayyid Ishaq ben Yusuf, lo mandó construir en 1218, aunque el rey Yusuf I de Granada lo remodeló en estilo nazarí. En Málaga, otra ciudad importante, los almohades levantaron otro "Alcázar del señor" imitando al granadino, obra del gobernador provincial o saiyid Idris, en el año 1226,
un año antes de ser nombrado califa con el título de al-Mamun.
Estos palacios siguen la tradición de las villas de recreo romanas, pero adaptados al estilo de vida y religión islámicos, también imita a los quioscos-palacios persas, situado entre grandes jardines, fuentes y estanques. En él abunda la decoración epigráfica (textos consistentes en alabanzas a Dios, al rey que lo mandó construir o fragmentos del Corán), el ataurique (decoración vegetal muy estilizada), Lacería geométrica y redes de rombos.
También recibe el nombre de "Jardín de la Reina" por haberlo habitado Aixa, madre de Boabdil. También fue residencia de invitados "Dar al Diyafa" donde se alojó el infante D. Felipe y varios caballeros cristianos. Ibn Zamrak, poeta de la corte granadina, cantó las bellezas de sus albercas y hermosos jardines por los que solía pasear el rey Mohamed V de Granada.
De la
construcción original, queda el cuerpo central. El acceso se realiza por un poco acertado pórtico reciente que protege el decorado arco de entrada a una sala espléndidamente decorada con yeserías que aún conservan restos de color a pesar del abandono que sufrió en décadas recientes; a los lados de la misma existen dos alcobas separadas por arcos geminados. Las cubiertas consisten en una rica armadura de par y nudillo que descansa sobre una gran cornisa de mocárabes en la sala principal, y un alfarje totalmente tallado en cada una de las dos alcobas. En su interior tiene una fuente originalmente comunicada con un gran estanque (125,50 m de largo por 28 de ancho) situado a unos 150 metros, donde se celebraban competiciones navales entre los principes
musulmanes, simulando la destrucción y quema de galeones cristianos. En excavaciones posteriores apareció junto a él una segunda gran alberca. Todo el palacio, situado extramuros de la ciudad, estaba rodeado de huertas y jardines que lo convertían en un inmenso vergel junto al río Genil.
Junto al palacio se conserva muy poco de sus inmensas huertas, estanques y jardines destruidos una parte durante la II República al hacer el Paseo de Ronda, y el resto hace pocos años con el desarrollismo reciente, momento que se destruyeron hasta los restos enterrados al hacer aparcamientos subterráneos.
De todas formas, lo que queda del conjunto queda merece la pena ser visitado por la riqueza de su decoración.
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Verja de acceso a lo que fue la huerta-jardín. los hermosos remates originales se perdieron hace unos años, durante un periodo de olvido del monumento, y hoy son sustituidos por las cuatro esferitas que vemos. |
Granada estuvo rodeada de gran cantidad de palacios y huertas de recreo de los que aún subsisten algunos.
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La huerta que en su día estuvo en la tranquilidad del campo hoy se encuentra muy mermada en superficie y ahogada entre casas modernas. |
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Estanquito que sustituye a las grandes albercas con que contaba. |
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Decoración de una de las ventanas de las alcobas. Este tipo de arcos dobles se llama "arco geminado", está recubierto de decoración vegetal llamada ataurique. |
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Decoración de ataurique del intradós (parte interior) del arco de entrada y lacería de la puerta que lo cierra. |
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La riqueza interior nos permite hacernos una idea de la grandeza a la que llegó el conjunto. |
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Restos de color que aún subsisten. |
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Paramentos con labor de Lacería, sobre ellos el cuerpo de ventanas con celosías y por último la gran cornisa de mocárabes. |
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Arco geminado que comunica con una de las alcobas. Las partes lisas de arco se deben al reciente periodo de olvido del edificio en que sufrió graves deterioros. |
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Arco geminado que comunica con la otra alcoba. La partes sin decoración se deben a los años que ha estado el monumento a al espera de una restauración, durante este tiempo las humedades y el expolio se han cebado en él. La diferencia se aprecia al comparar esta foto con las de hace unos decenios. En este caso la restauración ha consistido, no en reponer lo perdido, sino en enlucir el lugar de forma lisa. Las humedades también han hecho mella durante estos años de olvido en los colores. |
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Armadura de par y nudillo apoyada en una rica cornisa de mocárabes. |
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Piña de mocárabes existente en uno de los alfarjes del palacio. |
Para más información se puede consultar la guía de Granada de Gallego Burín o "el arte en el sur de al-Andalus" de la editorial Géver.
Gracias por este post y por la fotografías aportadas.
ResponderEliminarGracias por darnos esta maravilla
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