martes, 26 de julio de 2016

FORTALEZA DE ZALÍA

El castillo de Zalia o Zalía se encuentra situado por encima del embalse de la Viñuela, frente al casco urbano de Alcaucín, en la cumbre de un cerro con unas impresionantes vistas sobre el territorio para poder proteger el histórico Camino Real Nazarita, que unía la capital de Granada con el puerto principal del Reino, Málaga, a través del paso del Boquete de Zafarraya. 


La fortaleza podría haber sido levantada por los fenicios, transformada por otros pueblos posteriores y rehecha por los árabes tras la invasión. Llegó a alcanzar importancia durante el Reino de Granada musulmán. Los habitantes del lugar vivían de la ganadería y del cultivo de cereales principalmente. 
Tras la Reconquista por los Reyes Católicos en 1485 sirvió como prisión de los levantiscos moriscos. La recuperación por parte de los hispanos se logró gracias a la colaboración un hispanomusulmán de ascendencia cristiana afincado en Zalia. Después el lugar fue abandonado y hoy se encuentra en grave estado de abandono y ruina.

Descripción
La fortaleza tiene planta alargada de norte a sur, con varios miles de metros de superficie y doble anillo de murallas. Su entrada principal estuvo orientada al norte.
El recinto exterior es de mampostería con algunos ángulos de las torres reforzados con grandes e irregulares sillares de piedra. En la muralla se alternan macizas torres cuadradas con otras semicirculares. La parte superior de murallas y torres se remata con parapetos para merlones de fuerte argamasa. Todos los paramentos estuvieron revestidos de un enlucido del que quedan restos en numerosos lugares.
El recinto interior, situado en la parte superior, se levantó con materiales similares, siendo dotado de una poderosa puerta entre dos grandes torres rematadas en tapial calicostrado. Su interior alberga un aljibe para almacenar agua en tiempos de asedio.
Los restos cerámicos hallados pertenecen al periodo comprendido entre los siglos X y XV, es decir, en su mayor parte al Reino de Granada en sus periodos zirí y nazarí.

Los muros y torres se levantaron con mampostería ordenada a partir de líneas de lajas y ladrillos.

Hueco de gran mechinal, usado para levantar andamios durante la construcción.
Al finalizar la obra se sacaban los mechinales y se tapaban los agujeros.

Hueco de mechinal y salida de agua

Restos del revestimiento original de mortero de cal y arena.

Muralla sur


Parapeto que sostenía los merlones,
con salidas para el agua de lluvia.

Torre del recinto interior.

Parte de la cerca, levantada sólo con tapial de argamasa,
se ha deslizado monte abajo al estar formado por inestables arcillas expansivas.

 Puerta del recinto interior, con fortificaciones externas en las que se ven agujeros de mechinales más delgados y por tanto posteriores a los de la muralla exterior. Los ángulos se ven reforzados por grandes sillares de piedra.

Interior de la puerta del recinto superior.

Torre de la misma puerta
reforzada en sus ángulos por grandes sillares.

Interior del recinto superior.

En primer término un aljibe.

Aljibe

A lo lejos el boquete de Zafarraya,
 que une Granada capital con la costa de la región en su parte malagueña.


El antiguamente conocido como mar de Granada.

Según la  leyenda, el castillo recibe el nombre de Zalia porque al parecer esta reina mora bajaba diariamente al río para bañarse, aunque durante las noches de luna llena, lo hacía en un estanque situado en la parte más alta de la fortaleza. Una noche, un joven se acercó y contempló el baño de aquella mujer, pero fue sorprendido por un guardia y conducido a La Cerca (prisión dependiente de la fortaleza usada en tiempos musulmanes), donde vivió el resto de su vida en cruel cautividad.

miércoles, 6 de julio de 2016

BERJA, VILLAVIEJA, ROMANA E HISPANOMUSULMANA

Tras la invasión árabe de la península, el nombre de la antigua Vergis romana cambió a Berchat, sobre ella se construyó una alcazaba usando los materiales de los monumentos romanos y visigodos del entorno, y aprovechando el antiguo recinto amurallado romano. 
De esta etapa se conservan parte de sus murallas y unos baños árabes en una finca particular del barrio de Benejí.

La fértil vega proveía de alimentos a la ciudad y unas pequeñas fuentes la surtían de agua de forma deficiente, por ello se construyeron diversos aljibes en su interior.

Fue reconquistada en 1489 y cedida posteriormente por los Reyes Católicos al rey Boabdil, último monarca musulmán del tercer Reino de Granada, el cristiano, que comprendía y seguirá comprendiendo a esta ciudad durante varios siglos más. Un tiempo después, antes de trasladarse a África, Boabdil la vendió, junto a otras tierras, a Fernando el Católico.


Basamento de una de las torres de la muralla realizado con piedras irregulares unidas con argamasa y filas horizontales ripios o pequeñas lajas de piedra (mampostería enripiada).
La muralla también se levanta sobre una base de piedras irregulares unidas con argamasa.
La parte superior consiste en fuertes muros de tapial calicostrado o real en el que hoy se aprecian los huecos o mechinales donde se alojaban los palos de los andamios durante su construcción.


La parte superior se construyó con tapial calicostrado,
es decir, con un interior de tierra apisonada,
reforzado con un revestimiento exterior de argamasa de cal y arena bastante resistente.

La muralla se deshace por la necesidad de una restauración que no llega.

Gente sin respeto han querido dejar constancia de mala educación
firmando sus destrucciones.


En el interior asoman restos de nuevos recintos defensivos
 y edificios sin excavar ni consolidar.

Toda fortaleza y ciudad amurallada era dotada de aljibes para almacenar agua. En Berja se han encontrado varios, aunque el mayor se encuentra en la parte más elevada, es de tres naves de las que sólo se conservan dos completas y una con la bóveda hundida. El agua la obtenía de la lluvia recogida por los tejados de edificios próximos y de su propia cubierta.


Interior del aljibe, de escasa altura.

Cubierta con huecos para recoger agua y otros mayores para sacarla.


Aljibe secundario en muy mal estado de conservación.


A sus pies la fértil vega regada por caudalosas fuentes,
 hoy llena de invernaderos.

Durante el tercer Reino de Granada, el cristiano, continuó en uso, pero con el tiempo y la paz quedó abandonada por las mejores condiciones de habitabilidad de la vega llana y con abundancia de agua.

El conjunto monumental necesita una restauración y consolidación urgentes para evitar su completa destrucción.